Dentro
del lapso de tiempo de utilización de la moneda de metal me decanto por
centrarme en el reinado de los Reyes Católicos. El motivo por el que me decanto
por este periodo es la gran importancia que este reinado tuvo para la historia
tardo medieval y moderna de Castilla y Aragón y por consiguiente el pasado de
la actual España.
Los
Reyes Católicos Fernando e Isabel acometieron durante su reinado importantes
empresas, y una de ellas será la de unificar la moneda en sus territorios,
sobre todo en Castilla. Debido a los grandes cambios del periodo comprendido
entre 1479-1504 que incluso conllevaron un cambio de época, considero que
estudiar la moneda de los Reyes Católicos será el medio perfecto para entender
la importancia de la moneda metal como fuente histórica.
Las
monedas son una importante fuente histórica ya que eran utilizadas como medio
de legitimar los reinados, además en los grabados de anversos y reversos así
como en las leyendas de las mismas se plasmaban aspectos políticos o religiosos
que hoy en día nos sirven de mucha ayuda. De igual manera conocer las
aleaciones y la ley de las monedas así como las leyes que regulaban su
acuñación nos permiten conocer la situación económica de un periodo histórico.
En
el reinado de los Reyes Católicos queda demostrado lo anteriormente dicho ya
que al tratarse de un momento de mucha inestabilidad se dan muchos medios para
comparar unas acuñaciones con otras.
Empezando
por la guerra civil disputada entre Isabel I de Castilla y su sobrina Juana,
como sucede en los casos de enfrentamientos civiles, ambos bandos acuñan moneda
utilizándola para legitimar a los aspirantes al trono. En el caso de Juana la
acuñación de su bando deja al descubierto el futuro que habría deparado a
Castilla de haber ganado este. Al comprometerse con su tío Alfonso V de
Portugal este se hace cargo del bando de Juana y en la acuñación de moneda
podemos comprobar cómo Castilla quedaría relegada tras Portugal, y no solo
está, sino que la propia Juana quedaría solapada por la figura de su tío y
marido convirtiéndose este en rey plenamente y no ser tan solo rey consorte. En
el bando contrario, el de Isabel y Fernando sucedería lo opuesto. En este caso
ambos monarcas sabrán plasmar en la acuñación de moneda la monarquía dual que
establecerían en el reino y sobre todo se plasmaría la preeminencia de Castilla
sobre Aragón y el papel claro de consorte de Fernando.
Mientras
que en el caso del bando de Juana y de Alfonso la acuñación de moneda producía
piezas en las que se presentaba solo el nombre de Alfonso, así como los títulos
de Portugal y el escudo del mismo reino, en el bando de Isabel y Fernando se
realizaron piezas en las que aparecerían ambos monarcas, cuyos bustos aparecen
afrentados, en algunas ocasiones el rey porta la espada como símbolo del poder
militar y la reina el cetro como símbolo del poder de la justicia. A diferencia
del bando contrario, en el caso de Isabel y Fernando y la moneda que acuñaron,
se llegó al acuerdo en la Concordia de Segovia de nombrar primero al rey y
luego a la reina (en el caso de Juana no aparecía en las leyendas de las
monedas) y en lo que respecta a los títulos se debería alternar entre títulos
castellanos y aragoneses pero siempre comenzando por los castellanos, marcando
una vez más el papel predominante y protagonista de la corona de Castilla.
Este
sería uno de los ejemplos de cómo la moneda sirve como una importante fuente
histórica, y como sabiendo elaborar las preguntas adecuada a cada pieza esta
nos puede dar la información necesaria del periodo o momento en el que se
acuño.
Además
de para legitimar un trono y de ser utilizadas como uso propagandístico y
campaña política como ya hemos visto, las monedas también servían para incidir
en temas religiosos, como se produce en el caso de los Reyes Católicos. Los
monarcas introducirán elementos religiosos en su moneda para remarcar el
carácter sagrado de sus empresas y el favor que recibían de Dios en las mismas.
El ejemplo más claro es la producción de monedas con el águila de San Juan
divisa personal de la reina y que utilizaba desde que era princesa.
Como
sucedería con todos los aspectos de los reinos de los Reyes Católicos, estos se
preocuparon y ocuparon de otorgar una estabilidad al sistema monetario,
unificar pesos y medidas, equiparar leyes con las de las monedas exteriores
para conseguir que el oro castellano permaneciera en Castilla. Este propósito
era difícil de conseguir, y como se puede conocer por las diversas
disposiciones legales los Reyes Católicos no logran su propósito. De este modo,
los Reyes se verán obligados a ir introduciendo mejoras y variaciones conforme
se les presentaban los problemas, como por ejemplo la aceptación oficial en la
Pragmática de Medina del Campo (13 de junio de 1497), donde se acepta el uso
del florín y del ducado sustituyendo la dobla y el castellano[1].
Como dice la doctora doña María Ruiz
Trapero en el caso del reinado de los Reyes Católicos:
“La
moneda es el documento histórico que con mayor objetividad nos refiere su
reinado y época, ya que además de participar de su convivencia, protagonizo la
financiación de todas las empresas y fue el instrumento decisivo para sanear la
caótica situación del Estado Medieval heredado de su hermano Enrique IV y
hacerle hegemónico, y conseguir desde la plenitud de ese mismo Estado medieval
ya saneado, y en el mismo reinado transformarle en un nuevo Estado; un Estado
moderno apto para acoger y desarrollar nuevas instituciones, dotándole de una
filosofía política de vocación europea, y de la mentalidad necesaria para poder
convertir a Castilla y con ella a España en su eje difusor.[2]”
Esta
es la síntesis perfecta de lo que puede llegar a significar el estudio de las piezas
monetarias, desde el metal, la ley de las piezas, el peso, el método de
acuñación como las improntas de anversos y reversos y las leyendas inscritas en
las mismas.
Realmente el sistema monetario
comenzado por los Reyes Católicos no llegaría a su culminación hasta el reinado
del primer Borbón, Felipe V que asumiendo las innovaciones de los Reyes
Católicos, así como de sus sucesores consiguió crear un sistema monetario
castellano estable y que se llega a convertir en divisa internacional.
[1] FRANCISCO DE OLMOS, J. María “La
moneda castellana de los Reyes Católicos. Un documento económico y político”, Revista General de Información y
Documentación, 9, nº 1 (1999), p. 23.
[2]RUIS TRAPERO, María “La reforma
monetaria de los Reyes Católicos: su importancia histórica” GALENDE DIAZ, J. Carlos (Dir.) III
Jornada Científica Sobre Documentación en época de los Reyes Católicos.Dpto. de
Ciencias y Técnicas Historiográficas Universidad Complutense de Madrid, 2004.
P. 252.
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