Tras la lectura del archivo Word
titulado “La agricultura en la Edad
Moderna”, podemos constatar la importancia de la agricultura, en todos los
sectores de la sociedad, tales como el Estado, la Iglesia, la aristocracia e
incluso en la industria, donde comprobamos la dependencia existente del sector
secundario respecto del primario.
Respecto a los cultivos agrarios,
destacan las zonas europeas que son conocidas como los graneros de Europa, en
donde la agricultura es la principal base. Además, el principal cultivo es el
cereal, que supone la primera fuente de alimentación, el temor ante su escasez
va a producir la extensión del monocultivo, puesto que se buscaba que la
familia no pasase épocas de hambrunas. Este temor, hizo que los campesinos se
preocupasen más en el cultivo del cereal, que en la explotación del ganado, lo
que produjo efectos negativos en el rendimiento de las tierras.
A pesar de este temor, la
agricultura en la Edad Moderna tenía ciertas deficiencias que no evitaron esas épocas
de hambrunas y de escasez, como por ejemplo, las escasas novedades tecnológicas,
el cambio de tracción de mulas por bueyes o el retraso del cultivo de productos
alternativos al cereal como las leguminosas.
Respecto a las tendencias de producción, podemos destacar que la época moderna,
coincide con el momento de alza del desarrollo agrícola, dejando atrás los
bajos rendimientos de la Baja Edad Media. Este incremento de la producción
agrícola, se debe a una serie de factores:
-Desarrollo
demográfico, ligado al desarrollo urbano occidental, que produce un aumento de
la producción
-Aumento de
la circulación monetaria: Consecuencia de la expansión del comercio.
-Existencia
de mercados financieros adecuados, que permiten la existencia de un equilibrio
entre la oferta y la demanda.
Por otro
lado, las consecuencias del crecimiento
agrícola, se pueden dividir en favorables, como el enriquecimiento
del mundo rural, o desfavorables, como el empobrecimiento de las clases
bajas, medias y urbanas o los desajustes sociales como la mayor presión que los
señores ejercían sobre los campesinos). A esto se le añade que los beneficios
obtenidos por el aumento de la producción no se reinvirtieron, puesto que la
tierra se va a atomizar, es decir, se divide en parcelas, siendo estas parcelas
no rentables. Como contrapartida la atomización de las tierras, los señores
crearon el mayorazgo, aumentado la rentabilidad de las mismas.
Pasando a
otro tema, debemos centrarnos en el rendimiento
de la tierra, es decir, la relación entre lo que se siembra y lo que se
recolecta, algo que está sujeto a una serie de restricciones como la tasa de
reproducción, (la semilla que necesitamos para la siguiente siembra), el diezmo,
los impuestos y tributos civiles, los impuestos señoriales y lo que el propio
agricultor destina a su autoconsumo. Debido a estas restricciones, se va a
tender a un aumento del rendimiento mediante nuevas técnicas de cultivo o
innovaciones, como el barbecho, el régimen de un año y vez, el abono natural,
el cambio de mulas por bueyes y nuevos arados.
Cabe destacar,
que este aumento en la producción se refleja en la literatura, con el
desarrollo de la literatura agronómica y el inicio de los calendarios rústicos.
Pasando a otras consideraciones
respecto a la agricultura, tenemos que destacar la importancia del clima en la producción, que, aunque tradicionalmente,
estudiosos como Uteerstrom, consideraban que el clima tuvo una incidencia
directa en la producción, estudios recientes, están demostrando que aunque es
un factor importante, no es tan determinante como tradicionalmente se ha
creído.
Respecto a las técnicas e instrumentos agrícolas, eran
las mismas que en la Edad Media. Sólo en el siglo XVIII, se produjeron intentos
de mejora, pero fracasarán por la mentalidad atrasada y opositora al cambio de
los campesinos; de hecho, encontramos que la Iglesia trata de convencer a los campesinos
de la adopción de innovaciones técnicas.
En cuanto
al precio del cereal, hay que añadir, que varía
atendiendo a diferentes factores, como la producción del producto, la abundancia
o la escasez, el tipo de mercado, el valor de las monedas, el volumen monetario
o la velocidad de circulación de la moneda. Además, también influye la época
del año en la que nos encontremos, pues el cereal no valía lo mismo en épocas
de inmediata recogida que en épocas de siembra o germinación. Dentro de estas
variaciones en el coste, tenemos que considerar factores exógenos como la
manipulación de los precios, los impuestos, las tasas o los arrendamientos.
Sin embargo,
a pesar de que las técnicas e instrumentos agrícolas eran las mismas en la
mayoría de los países. Sí se desarrolló una agricultura científica en Inglaterra y los Países Bajos.
Esta última
zona, debido a la escasa tierra para el cultivo que poseía, desarrolló una técnica
de desecación de zonas ganadas al mar, de esta manera, duplicaron la tierra cultivable.
Hay que destacar que ello fue posible gracias al desarrollado mercado con
capacidad de compra en las zonas del norte y centro del país.
A pesar de
ello, los Países Bajos, fueron muy deficitarios respecto a la producción de cereal,
por ello, se dedicaron a importarlo, esto les llevó a adueñarse del mercado del
grano y de su transporte, llegando a definir el precio del mismo y el coste de
su flete.
Por otra
parte, Inglaterra, se dedicó a la
explotación de tierras y pastos para ganado, con el fin de no depender de la
materia prima de otros lugares, como la lana, y auto-producirla. Por ello, el
precio de la tierra se multiplicó, unido al creciente desarrollo demográfico,
todo esto produjo que el elemento fundamental fuese la lucha por la propiedad
de la tierra y ello explica la tendencia al cercamiento (enclosures), y con él,
la defensa de la propiedad, puesto que era necesario que se demostrase su pertenencia
para cercarla.
Ello no
estará exento de tensiones sociales, como disputas y revueltas, que obligarán a
los reyes como Enrique VIII a establecer una legislación, pero no se cumplirán.
Además,
dicho sistema tendrá consecuencias sociales devastadoras, como la creciente
pauperización en Inglaterra del campesinado pequeño, la despoblación rural, la
privatización de la tierra pública, la destrucción de pueblos enteros, o,
finalmente, la decadencia de los cultivos a favor de la ganadería.
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