martes, 11 de noviembre de 2014

El nacimiento de los bancos centrales durante la Edad Moderna

Hoy en día todo lo relacionado con los bancos centrales de cada país son noticias de actualidad, y en algunas ocasiones éstas son polémicas. Sin embargo, ¿En qué momento surgen estas entidades? Será en el siglo XVII.

Hasta el siglo XVI, los movimientos internacionales de fondos y las compensaciones de pagos entre comerciantes, se realizaban mediante las denominadas letras de cambio. Las ferias de Amberes y Lyon serán los principales centros financieros de la centuria y jugarán un importante rol de cara al desarrollo posterior del fenómeno. Sin embargo las bancarrotas de España y Francia en 1557 y 1558 las catapultarán a la decadencia. Amberes esquivará esta crisis y formará desde 1531 la primera bolsa de la que se tiene constancia (dedicada únicamente al ámbito de las ferias). De la misma manera, la Bolsa de Londres comenzará a atraer capitales y acciones desde finales del XVI, en un contexto en el que la llegada masiva de plata americana enriquecerá a las ferias castellanas. 

El primer banco moderno se crea en 1609: el Banco Municipal de Cambio de Amsterdam. Surge con el objetivo de paliar los problemas existentes en las Provincias Unidas con la circulación de diversas monedas (hasta 14 cecas distintas). Permitió a los comerciantes abrir cuentas con una divisa estandarizada (emitida por la entidad), cuyos fondos podían ser movilizados mediante cheques o transferencias. Otro de los éxitos de este primer banco fue el monopolio donado por el gobierno para realizar el descuento de letras de cambio con valor superior a 600 florines. Dicha medida obligó a los mercaderes a abrir cuentas en el mismo y favoreció su enriquecimiento. La extensión de estas nuevas entidades será paulatina: Hamburgo (1619) o Rotterdam (1635), y causarán la decadencia de las ferias financieras.

Otra innovación llega en 1656 con la creación en Estocolmo del Sveriges Riksbank, que tenía autorización para ya conceder créditos, facilitando los pagos de las operaciones comerciales. La tercera innovación financiera del periodo aparece en el Banco de Inglaterra en 1694, que es creado para financiar al gobierno inglés durante la Guerra de la Liga de Habsburgo contra Luis XIV. Recibe por ello varios privilegios como ser el único banco constituido como sociedad anónima. Será precisamente en este país donde la red bancaria sea más densa: hacia 1780 había más de 100 bancos que actuaban como focos de captación de capital para la industria o la agricultura.

Posteriormente otros países imitarán a Inglaterra creando bancos centrales: Banco Real de Escocia (1727), Banco de Copenhague (1736), Banco de Prusia (1765), Banco de Moscú (1769), Banco de San Carlos en España (1782), o Banco de Francia (1800). Estos modernos sistemas bancarios cambiaron la naturaleza del dinero según Ferguson, y sus sistemas de funcionamiento influirán notablemente en los grandes comerciantes y financieros. Es curioso que España no consiguiera desarrollar antes incluso que las Provincias Unidas un sistema bancario durante la Edad Moderna (dado el rol de país difusor de la plata americana), aunque según Felipe Ruiz Martín sí hubo varios proyectos de creación. Las finanzas de los monarcas españoles estarán estrechamente ligadas a banqueros provenientes principalmente de Amberes, Génova o Portugal.


BIBLIOGRAFÍA:


-COMÍN, F.,  Historia económica mundial. De los orígenes a la actualidad, Madrid, Alianza Editorial, 2013.

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