viernes, 28 de noviembre de 2014

SAINT-GOBAIN Y LAS MANUFACTURAS REALES DE COLBERT

Como es bien sabido, la Francia de la segunda mitad del siglo XVII obtuvo la hegemonía en el continente europeo no sólo gracias al efectivo ejército del Rey Sol (que prácticamente no fue vencido en batalla durante este periodo) sino también a la férrea organización estatal de la economía del país, llevada a cabo por el Jean-Baptiste Colbert (1619-1683), ministro de Hacienda de Luis XIV desde  1661 hasta su muerte.
Tras la firma de la Paz de los Pirineos (1659) Francia era un Estado victorioso pero acuciado por las deudas originadas tras décadas de guerra. Además no podía competir a nivel comercial con Inglaterra y Holanda al no poseer unos sectores manufactureros y navales adecuados. Para invertir esta situación el ministro adoptó con firmeza las ideas conocidas como mercantilistas (aunque este sea un término historiográfico) que definirían la política de control del Estado absoluto francés. Se tomaron medidas de todo tipo, desde la creación de una “Cámara de Justicia” que debía acabar con cualquier posible corrupción del sistema, a la mejora de infraestructuras de transporte (caminos, puertos y canales) y la fundación de las Compañías de las Indias Orientales, Occidentales, del Norte y del Levante, para cubrir todos los ámbitos del comercio marítimo (que no resultaron tan rentables ni eficaces como sus homónimas holandesas y terminaron desapareciendo).
La actuación económica más importante de Colbert fue llevada a cabo en las manufacturas, evitando la importación de la mercancía foránea con elevados aranceles e incentivando, organizando y vigilando la producción (con monopolios, exenciones fiscales etc.). Para poder competir con Inglaterra y Holanda se apostó por la calidad de los productos y se hizo necesario trasladar a Francia artesanos expertos en las distintas áreas. Esta política fue la causa del episodio llamado “la guerra de los espejos”, en la que tuvo su origen la Real Fábrica de Vidrio de Saint-Gobain, uno de los más exitosos ejemplos de manufacturas estatales de Colbert.
Uno de los sectores que el ministro vio como vital para Francia (además del astillero) fue el de los productos de lujo, en especial vidrio y espejos, ya que Luis XIV era un consumidor constante (se podría decir compulsivo) de estos productos, de moda en todas las cortes europeas. El mayor quebradero de cabeza para la Hacienda era el enorme gasto que suponía el importarlos de Venecia, pues sólo en la isla Murano se hacían de cierto tamaño y calidad. La República serenísima guardaba el secreto de su fabricación de modo que Colbert decidió en 1666 trasladar en secreto a los maestros artesanos hasta Reuilly (París) y Tourlaville (Normandía), en el que ha sido visto como uno de los primeros casos de espionaje industrial de Europa. El experimento inicial resultó e fracaso debido a la presión ejercida por el Consejo de los 10 para que los artesanos regresasen a Venecia, a partir de amenazas e incluso asesinatos por envenenamiento. Colbert no tuvo más remedio que permitir la compra de espejos venecianos hasta que las manufacturas francesas lograron una calidad y tamaño adecuados en 1668 bajo la dirección de otro maestro italiano, Bernardo Perrotto. Entonces prohibió su importación.
Las dos fábricas mencionadas fueron sometidas a una dura disciplina de trabajo, casi militar, con un control exhaustivo de los horarios y movimientos de los trabajadores con el fin de obtener ejemplares cada vez más perfectos, y que los nuevos secretos de fabricación franceses no salieran del taller. El triunfo definitivo de Colbert llegó en 1679, cuando se encargaron de la realización de los 357 ejemplares que componen la Galería de los Espejos de Versalles.
En 1688 se fundó cerca de París la fábrica rival de Saint-Gobain, que se fusionó con la de Reuilly-Tournaville en 1695. Tras el declive económico provocado por la Guerra de Sucesión española, fue refundada como Real Fábrica de Vidrio de Saint-Gobain. Siguiendo las formas empresariales borbónicas Felipe V creó en 1727 la Real Fábrica de cristales de la Granja. Saint-Gobain produjo artículos para la casa real francesa hasta 1789 y a día de hoy continúa fabricando espejos y cristales, siendo una de las pocas empresas del siglo XVII aún en funcionamiento.

Bibliografía:
-GUENZI, Alberto “La expansión europea en el siglo XVII” en DI VITORIO, Antonio (dir.)  Historia económica de Europa, Siglos XV-XX, Barcelona, Crítica, 2003.
-JUÁREZ VALERO, Eduardo, “La guerra de los espejos entre Francia y Venecia”, Historia National Geographic, Nº 117, Barcelona, 2013, pp. 12-15.
-SMITH, Michael Stephen, The emergence of modern business enterprise in France, 1800-1930, Harvard University Press, 2006.


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