sábado, 1 de noviembre de 2014

comercio español y el mundo musulmán en la edad moderna.

A pesar de las guerras que enfrentaban a ambas partes y a las prohibiciones de la Santa Sede de comerciar con el “enemigo de la fe”, se dio un comercio caracterizado por el intercambio de productos provenientes del Norte de África y del Levante a cambio de plata americana amonedada. Era poca, tanto en cantidad y variedad, las mercancías que salían de los puertos hispanos, esto se dio debido a que la demanda en los puertos levantinos y del Norte de África era escasa y debida también a la competencia con mercancías provenientes de otros países.

Las relaciones que mantuvieron la Monarquía hispana y África en las últimas décadas de la Edad Media y su supremacía con respecto a los países magrebíes fue lo que permitió que durante el siglo XVI la flota española se encargase de administrar a estos puertos de los productos provenientes de Europa.  A las costas norteafricanas y al Levante se llevaban paños y lienzos de Inglaterra, camelotes orientales y europeos, sedas italianas, trigo de España (muy importante en este siglo ya que las cosechas magrebíes eran insuficientes), sal, pescado, etc. También hay que señalar algunos productos que se comerciaban de manera clandestina, ya que su exportación estaba prohibida, como son armas, caballos, salitre y azufre. De entre todos estos productos que se exportaban al ámbito musulmán, el único producto que tuvo mayor importancia y aceptación fue la plata americana, aunque también jugó un papel fundamental la industria textil.

Dentro de esa industria textil destacó la pañería. Sobre este producto, hay que hacer referencia a las partidas que enviaban las órdenes redentoras a lugares como Argel, Túnez y Marruecos para liberar a los cautivos. Algunos datos que ofrece Eloy Martín Corrales sobre esto son que en 1575 se enviaron a Argel 949,5 varas de paño de Baeza y 679,25 varas de paño de Valencia. Los bonetes de lana fueron manufactura de prestigio tanto en la península como en territorio musulmán. Además de los paños y los bonetes, también gozó de gran importancia los tejidos de seda, los cuales estuvieron presente en los rescates de los cautivos (eso explica que quedara fuera del pago del diezmo real). Sin embargo, estos tejidos de seda no alcanzaron ese grado de importancia hasta que no se firmó en 1786 y 1791 los tratados de Amistad, Paz y Comercio entre la Monarquía española y los países musulmanes.
Aparte de estos productos textiles, también cabría destacar algunos productos manufacturados, como son la joyería y las perlas (también formaban parte de esos productos utilizados para la liberación de los cautivos y también como regalos para firmar algún tipo de acuerdo, tregua, etc.).

De entre las materias primas que se exportaban al ámbito musulmán, destaca principalmente la lana fina española (necesaria por ejemplo para realizar los bonetes tunecinos, también conocidos como las Chechias).

También se exportaron productos alimenticios y vitivinícolas (vino y aguardiente), que a pesar de que estaba prohibido su consumo en el mundo musulmán, adquirieron importancia en las exportaciones españolas.

En cuanto a las importaciones norteafricanas hacia la Península Ibérica, se mantuvieron estables. De entre los productos que se importaron, en un primer lugar fueron el oro, esclavos, algunos productos alimenticios como el trigo, la miel y el azúcar, colorantes, etc.

Un producto fundamental fue el trigo, el cual tras las guerras del trigo, se empezó a usar para cubrir las necesidades en periodos de carestías y escasez en la Península Ibérica.

Otros productos a destacar fueron las especias, y en un primer lugar la pimienta. Esta especia, procedente de Alejandría, llegó a soportar la competencia de la llegada de pimienta por la vía atlántica. El excedente de jengibre y canela en los puertos españoles permitió su reexportación a lugares como Marsella. Las drogas (algunas como el casse, el sené o el mastic) también jugaron un papel importante.

También llegaron a puertos españoles materia prima textil, como es el caso del algodón levantino o el lino, procedente de Alepo y Alejandría y los cueros berberiscos.
Por último señalar un producto norteafricano que dio lugar a una importante actividad manufacturera en Cádiz, esta materia prima fue la cera norteafricana, importante por su baratura

BIBIOGRAFIA:

MARTIN CORRALES, Eloy. “Comercio de Cataluña con el Mediterráneo musulmán (siglos XVI-XVIII): El comercio con los enemigos de la fe”. Barcelona: Bellaterra, 2001.


MARTIN CORRALES, Eloy. <<Exportaciones españolas al Mediterráneo musulmán (siglos XVI-XVIII), “Circulación de personas e intercambios comerciales en el Mediterráneo y en el Atlántico (siglos XVI, XVII, XVIII)”, Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2008, pp. 191-215.

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