viernes, 31 de octubre de 2014

EL MERCURIO, INGREDIENTE FUNDAMENTAL DE LA RIQUEZA HISPÁNICA

EL MERCURIO: INGREDIENTE FUNDAMENTAL DE LA RIQUEZA HISPÁNICA
En el segundo tercio del siglo XVI el Ciclo del Oro antillano alimentado por el metal del Caribe y de los tesoros aztecas comenzó a declinar. Los múltiples descubrimientos de minas de plata realizados a mediados de siglo en ambos virreinatos (Zacatecas, Oaxaca, Guanajuato, Tasco, Potosí etc.) dejaron claro para la Monarquía Hispánica que la riqueza de las Indias era mucho mayor en el metal argénteo, que comenzó a ser exportado de forma sistemática (entre 1500-1650 llegaron a Sevilla casi 17000 toneladas de él).
Sin embargo la explotación de la plata tenía un importante inconveniente, y es que el mineral extraído debía ser tratado mediante el proceso de la “Amalgama” o “Beneficios de patio” (llamada así porque la operación debía ser realizada al aire libre) para obtener el metal acuñable. En este proceso era necesario el mercurio (o azogue, como se lo conocía en la Edad Moderna), al que se unía la mena de plata tras haber sido separada del resto del mineral con agua y sales. Después la mezcla era calentada para separar el mercurio y obtener la plata. Por tanto el mercurio era un mineral imprescindible, y en Europa era muy escaso, ya que sólo se extraía en dos minas, Idrija (actual Eslovenia) y Almadén (Ciudad Real). La explotación de la mina de Almadén estaba en manos de la familia banquera de los Fugger, cedida por Carlos I tras haber contado con su apoyo para la candidatura al trono imperial, lo impedía a la Corona controlar su extracción y su precio. Además el transporte del metal líquido desde Sevilla hasta los principales centros mineros de las Indias era caro y arriesgado, al cruzar el Atlántico hasta Panamá, desembarcar en el puerto del Callao y de allí llegar a Potosí en Mulas a través de los Andes.
Sin otra solución, los beneficios de patio comenzaron a realizarse en la América hispana a partir de 1555 y efectivamente el transporte de mercurio resultó demasiado costoso para la Monarquía. Para entonces ya se habían realizado en el continente algunos pequeños descubrimientos de mercurio en las regiones de Quito y Huancavelica (Perú), y en noviembre de 1562 el virrey de Lima recibió una cédula de Madrid en la que se le exigía que intensificase la búsqueda para abaratar los costes de explotación: “A nos se ha hecho relación de que en esta tierra se han descubierto minas de azogue las cuales son provechosas para beneficiar las minas de plata que hay en ese reino, y que se podría enviar a Nueva España más barato y mejor que llevándose destos reinos”.
En 1582 fue hallada la mina de Huancavelica, que podía suministrar mercurio en las mismas cantidades que Almadén y de forma más regular y segura, al ser relativamente cercana a Lima y por tanto al puerto del Callao. El mercurio se convirtió en un elemento fundamental en la articulación del comercio entre los dos virreinatos (comercio que sería anulado a comienzos del siglo XVII ante el temor de que pudiera perjudicar a la metrópoli). La mayor parte del metal partía de Huancavelica a Potosí atravesando los Andes entre Cuzco y Oruro en mulas, ruta que fue sustituida más tarde por mar entre los puertos del Callao y Arica. El destinado a Nueva España partía desde el Callao para llegar a Acapulco. Según Pierre Vilar el virrey Francisco de Toledo, principal impulsor de la minería del Perú, “comprendió que el eje Huancavelica.-Potosí podía ser el eje del Imperio español”.
Como las minas de plata, Huancavelica fue explotada mediante la institución de la Mita, impuesto en forma de trabajo que debía pagar la población indígena. La actividad minera en ella era aún más dura y peligrosa que en  Potosí, lo que provocó conflictos con algunos religiosos y con la institución del Defensor del indio, haciendo que las minas estuviesen cerradas durante cortos espacios de tiempo. Esto sumado a la invención de un nuevo método de amalgama que precisaba menor cantidad de mercurio por los hermanos Corso de Leca en Potosí supuso un estancamiento de la producción entre 1590 y 1620, aunque Huancavelica siguió siendo explotada de forma masiva hasta 1660.
Bibliografía:
-LUCENA GIRALDO, Manuel, “La Plata de América, de las minas de Potosí al tesoro español”, National Geographic, Nº 118,  2014.
-VILAR, Pierre, Oro y moneda en la Historia 1450-1920, Barcelona, Ariel, 1981.
-RAMOS, Demetrio, Minería y comercio interprovincial en Hispanoamérica (siglos XVI, XVII y XVIII) Universidad de Valladolid, 1970.

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