miércoles, 22 de octubre de 2014

El crecimiento económico fuera del Viejo Continente durante la Edad Moderna


 El objeto de esta entrada es analizar la situación económica de los territorios externos a Europa durante la Edad Moderna. Ciertamente en los sistemas educativos occidentales se dedica más bien poco a la evolución de estos países durante esta época, y cabe decir que la evolución de grandes potencias europeas guardó una estrecha relación con las transacciones comerciales que realizaron con dichas economías.

 La pregunta que se han hecho tradicionalmente los historiadores económicos es si tuvo lugar fuera de Europa un crecimiento económico intensivo durante la Edad Moderna. Hasta hace relativamente poco, se respondía con un no rotundo a esta pregunta. Sin embargo, recientes investigaciones apuntan que en ciertas regiones de Japón, China e India, el PIB por habitante se incrementó de modo considerable en estos años. En las zonas más avanzadas de la India y de China (el delta del Yangzi), los niveles de productividad en la agricultura eran muy altos, las densidades manufactureras alcanzaban elevadas cotas y los mercados funcionaban de una manera bastante eficiente.

 Tras una profunda recesión durante buena parte del siglo XVII, la economía china registró un notable crecimiento desde 1680. De 1650 a 1800 la población del país asiático pasó de 150 a 300 millones. La expansión de los regadíos y del arroz permitió elevar bastante la productividad de la tierra, mantener a poblaciones muy densas y aumentar la especialización. Cabe decir que entre 1400 y 1800, los rendimientos de los cereales crecerán en el país más de un 80%, cifra bastante superior a la media europea.

 Japón por su parte sufrirá una política aislacionista impuesta por la casa Tokugawa, pero precisamente debido a la nula conflictividad interna, el país nipón tendrá importantes avances económicos en los siglos XVII y XVIII gracias a la ampliación de regadíos, el empleo de mejores semillas, o el uso de mayores cantidades de fertilizantes. En la organización agraria también se registraron importantes transformaciones: 1) Los grandes grupos comunitarios tendieron a ser sustituidos por pequeños grupos familiares; 2) La mayoría de los siervos adscritos a la tierra se convirtieron en trabajadores asalariados; y   3) La producción mercantil de este sector se desarrollará con bastante éxito.

 En lo relativo al continente americano, algunas áreas como la franja costera oriental norteamericana, Nueva España (México), o Brasil, formaron parte del grupo de regiones del planeta que registraron un mayor dinamismo económico durante el siglo XVIII.

 Entre 1607 y 1733 los ingleses establecieron las llamadas Trece Colonias en la zona oriental de los actuales Estados Unidos. Se trataba de un área con tierras muy fértiles que organizó una economía típicamente agraria. Se configuraron tres áreas económicas diferenciadas: 1) Nueva Inglaterra, con una especialización sobre todo en la pesca y la construcción naval; 2) las llamadas Colonias Intermedias que se centraron en la producción cerealista y ganadera; y 3) el Sur que desarrolla una economía basada en el tabaco o el arroz.

 Nueva España por su parte experimenta un prolongado crecimiento económico y demográfico durante el siglo XVIII. El principal motor de crecimiento fue sin duda la minería de la plata y todo lo que conllevaba la explotación de la misma. Por último en Brasil, encontramos una economía basada en las plantaciones de azúcar y las minas de oro. Cabe decir que el descubrimiento de los yacimientos de diamantes y de oro de Minas Gerais a finales del XVII será la principal causa del "boom" económico de la colonia portuguesa en los dos primeros tercios del Setecientos.


BIBLIOGRAFÍA:


-COMÍN, F., HERNÁNDEZ, M., LLOPIS, E., Historia económica mundial. Siglos X-XX, Barcelona, Crítica, 2005.

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