lunes, 20 de octubre de 2014

Tarea semanal grupo 4 (20/10/2014)

¿Se puede considerar al Mercantilismo como una escuela de pensamiento económico? ¿Cómo una simple corriente? ¿Sólo una construcción historiográfica?

La versión tradicional del Mercantilismo nace de los postulados de Wilhelm Roscher en 1874, el cual considera que es una doctrina basada en el poblacionismo (un estado es más rico cuanta más población tenga); el bullonismo (la riqueza de un estado se mide por la cantidad de metales preciosos); la protección de la industria y el comercio; una balanza comercial favorable al estado; y el fortalecimiento del Estado. Esta visión ha sido seguida por casi todos los historiadores posteriores
.
Según Perdices de Blas y Jonh Reeder, el término mercantilismo es una racionalización a posteriori que no ayuda a comprender la literatura sobre temas económicos escrita entre los siglos XVI y mediados del XVIII en Europa, sino que simplifica y distorsiona una realidad muy compleja. Lo que parece unir a los autores económicos modernos no es la pertenencia a una misma ideología, sino la participación en la misma problemática económica de la Europa moderna y el mismo objetivo, el fortalecimiento de las naciones.

Para estos autores, los escritos mercantilistas son monotemáticos; es decir, son panfletos que se limitan a estudios parciales que tratan aspectos muy concretos de economía; son escritos sobre política económica y no sobre teoría económica, que ofrecen soluciones ante determinados problemas. Los economistas mercantilistas se limitan a enumerar los problemas sin realizar un modelo como tal. No hay un tratado mercantilista que exponga las recomendaciones e ideas de esta doctrina. Son escritos con los que no se pretende aumentar el bienestar de la población, sino aumentar el poder del Estado por medio de la economía.

El término mercantilismo fue creado posteriormente de modo peyorativo por los fisiócratas y perpetuado más tarde por Adam Smith para estigmatizar a los anteriores economistas de corte intervencionista. Smith aseguraba que era un conjunto de falacias intervencionistas, proteccionistas y reguladoras. Esta visión fue criticada posteriormente por la Escuela Histórica Alemana, que consideraban el mercantilismo como un elemento esencial del proceso de unificación y prosperidad del Estado nacional.

En los años 30, el economista sueco Eli Heckscher, escribió un largo tratado que trataba de justificar la existencia del mercantilismo como una doctrina coherente y uniforme formada por una escuela de ideas, analizando para ello la historia de las reglamentaciones estatales y los hechos económicos y dejando de lado la literatura económica. Sin embargo, sólo estudió los casos inglés y francés.
Coleman ha puesto en duda la existencia de esta escuela ya que es muy difícil sostener durante dos siglos una corriente de pensamiento formada por miembros con formaciones culturales y lingüísticas diferentes, esparcidos por diferentes estados y sin apenas contacto entre ellos. Este autor llega a decir que el mercantilismo es una invención de los investigadores.


Por último, otro economista sueco, Lars Magnusson, sin menospreciar las teorías escépticas en cuanto al mercantilismo, afirma que este término es útil para describir el discurso creado desde el punto de vista económico a lo largo de estos siglos de la Edad Moderna.

Bibliografía:
PERDICES DE BLAS, Luis y REEDER, John, "El mercantilismo: una reinterpretación desde la perspectiva de la política económica de los nuevos estados europeos", Cuadernos aragoneses de economía (1998), nº 1, pp. 13-31,

No hay comentarios:

Publicar un comentario