lunes, 20 de octubre de 2014

Las reformas ilustradas de Johann Friedrich Struensee en Dinamarca (1770-1772)

Con diecisiete años, Christian VII heredó el trono de Dinamarca en 1766. La economía danesa atravesaba un mal momento y desde el reinado de su padre, Federico V, una enorme deuda oprimía a la monarquía danesa a pesar de los esfuerzos de los ministros del rey, encabezados por el alemán Johann Hartwig Ernst von Bernstorff, quien de facto gobernó Dinamarca hasta 1770. La Guerra de los Siete Años (1756-1763) tenía parte de la culpa del estado de las finanzas danesas, a pesar de que el país se había mantenido neutral en la misma. El primer objetivo del joven rey fue recuperar la solvencia antes que mejorar la eficiencia económica[1].
Si bien von Bernstorff, como otros tantos estadistas europeos de mediados del siglo XVIII, era favorable a ciertas reformas que mejorasen las condiciones de la industria nacional, el comercio exterior y restaurasen el buen estado de las finanzas, creía que estas se habían de hacer de manera gradual. Von Bernstoff sabía que para llevar a cabo estas reformas tendría que enfrentarse a la nobleza danesa y no estaba dispuesto a ello[2]. Su débil posición condujo a que el rey lo destituyese con todos sus ministros en diciembre de 1770. El nuevo hombre fuerte en el gobierno danés fue desde este momento el también alemán Johann Friedrich Struensee, que no era noble y el cual sustituyó al gabinete ministerial de von Bernstoff nombrando hombres de su confianza. Struensee era el médico del rey, que adolecía de cierto tipo de demencia, probablemente esquizofrenia[3], y ejercía gran influencia sobre su persona. Con el tiempo, Johann Friedrich Struensee llegaría a controlar al rey y su sello, imprescindible para sancionar las leyes. Su poder en Dinamarca llegaría a ser absoluto durante los dieciocho meses en los que fue el regente de facto en el reino de Dinamarca.
En 1771, con Dinamarca muy empobrecida –sobre todo en el ámbito rural– y cercana a la bancarrota, Struensee aprobó más de mil decretos que reformaron todos los sectores de la vida del país. Su principal preocupación no fue el comercio internacional, sino la circulación de los recursos dentro del país[4]. Se puso fin al trabajo cautivo, se asignaron tierras a los campesinos y, quizá lo más importante, se abolieron los privilegios nobiliarios. Los gremios fueron también objeto de nueva legislación[5]. Las medidas también acabaron con los monopolios mercantiles de las compañías danesas que comerciaban con África, Asia, Islandia y Groenlandia; abolieron el impuesto sobre el té; redujeron los que gravaban el ron y el papel; estimularon la circulación de moneda; promovieron las importaciones reduciendo los aranceles; garantizaron el libre comercio de ciertos alimentos como la mantequilla o la carne con el objetivo de limitar el hambre. En zonas tan pobres del reino de Dinamarca como Noruega, Struensee permitió la importación de grano sin gravamen alguno[6]. Otras reformas promovidas entre 1770 y 1771 fueron la abolición de la tortura, pena de muerte y la censura[7].
El cadáver de Struensee, descuartizado y expuesto
El gran reformador ilustrado de Dinamarca fue visto con recelos por la nobleza y el clero daneses, perjudicados por la liberalización del comercio. Incluso el tercer estado se rebeló contra algunas de sus medidas, pues no todos los campesinos vieron con buenos ojos su nueva situación de libertad, aunque también de indefensión[8]. Considerado un advenedizo, criticado por su relación sentimental con la reina, de la que era amante, sus “peligrosas” medidas llevaron a que un partido nobiliario apoyado por la reina viuda convenciera al rey de que lo destituyese en enero de 1772. En abril Struensee fue juzgado, acusado de usurpación del poder real y ejecutado. Muchas de sus reformas fueron revertidas o parcialmente revocadas. Lo que no se pudo subvertir fue el calado de las ideas ilustradas de Struensee, que contribuyeron considerablemente al radical cambio que experimentó la economía danesa en el último tercio del siglo XVIII a la que contribuyó otro Bernstorff, Andreas Peter, sobrino del ya mencionado Ernst.
Un fotograma de En kongelig affære
A menudo Struensee ha sido considerado un “déspota ilustrado” y comparado con otros reyes o ministros ilustrados de Europa como Gustavo III de Suecia, Carlos Emmanuel III de Saboya, Carlos III de España o Pombal, ministro portugués de José I[9]. La figura de Struensee, héroe o tirano, ha sido tratada por la cultura contemporánea europea, desde finales del siglo XVIII hasta nuestros días, en numerosas obras de teatro, novelas e incluso en tres películas. Me permito recomendaros la última de ellas, la danesa En kongelig affære (Un asunto real), estrenada en 2012 y con una gran interpretación de Mads Mikkelsen en el papel del todopoderoso Struensee[10].




[1] Carhart, Michael C., The Science of Culture in Enlightenment Germany, p. 63.
[2] Carhart, Michael C., The Science of Culture in Enlightenment Germany, p. 65.
[3] Carhart, Michael C., The Science of Culture in Enlightenment Germany, pp. 65-66.
[4] Carhart, Michael C., The Science of Culture in Enlightenment Germany, p. 65.
[5] Kirby, David, Northern Europe in the Early Modern Period: The Baltic World 1492-1772, pp. 387 y 392.
[6] Carhart, Michael C., The Science of Culture in Enlightenment Germany, p. 66.
[7] La abolición de la censura fue un tema más  relevante de lo que podría parecer a priori para el desarrollo de la economía en Dinamarca, pues esta supuso que muchas obras de temática económica (comercio, agricultura, manufactura) de talante ilustrado se pudiesen publicar  y circular por el país. Kirby, David, Northern Europe in the Early Modern Period: The Baltic World 1492-1772, p. 388.
[8] Kirby, David, Northern Europe in the Early Modern Period: The Baltic World 1492-1772, p. 394.
[9] Raynaud, Philippe y Rials, Stéphane (eds.), Diccionario Akal de Filosofía Política, p. 393.
[10] Enlace al tráiler subtitulado en español: https://www.youtube.com/watch?v=EDWNKpWQNg8.


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