La semana pasada se desarrolló en
clase la vida de Alberto Struzzi, un pensador y economista italiano que intentó
corregir las grandes deficiencias que tenía el sistema económico castellano en
comparación con la economía del norte de Italia y de Flandes. No obstante, sus
ideas librecambistas no fueron aceptadas en una España totalmente mercantilista y proteccionista. También se
explicaron las principales características del Mercantilismo (el bullonismo, el
fomento de la industria, el fortalecimiento del Estado y el desarrollo de una
balanza comercial favorable, entre otras) y se vio cómo hoy en día sigue siendo
un tema de debate si el fenómeno realmente existió o ha sido una invención a
posteriori. Se destacaron a los diferentes economistas y las soluciones
propuestas por cada uno para solucionar la crisis comercial inglesa surgida en
el XVII (Gerard Malynes, Edward Misselden, Thomas Mun, John Cary y David Hume,
entre otros) y también se habló de las particularidades del Mercantilismo en
los territorios de Francia, Holanda, Alemania e Italia. Además, se comenzó
explicar el arbitrismo, una variante del mercantilismo desarrollada en la
monarquía hispánica.
Nos sorprendió la duda ante la
existencia o no del Mercantilismo, ya que teníamos entendido que estaba
aceptado como una de las características económicas de la edad moderna, y el hecho de que hubiese tantas variantes en
Europa en vez un único modelo.
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