En una entrada anterior he narrado la historia de la Compañía
holandesa de las Indias Orientales, sin embargo, los ingleses no participaron
en los grandes descubrimientos del siglo XVI, como sí hicieron los holandeses,
aunque se lucraron antes de los beneficios del comercio en estas zonas, pese a
hacerlo en una menor proporción. Los ingleses desde finales del siglo XIII
habían tenido en funcionamiento una compañía de comerciantes aventureros, no
obstante, la primera de carácter oficial se crearía en 1486, dando cobijo a
merceros, sastres, tejedores, pescadores, y toda clase de comerciantes, que
actuaban individualmente, aunque guiados por la Compañía, en lo que era una
asociación de hombres y no de capitales. La primera compañía inglesa
establecida en acciones sería la ``Muscovy Company´´, fundada en 1556 y a la
que se le reservó el comercio con Rusia, bajo la dirección del gran navegante
Sebastián Cabot. Otras compañías destacables, a pesar de no ser constituidas en
acciones, serían la ``Eastland Company´´, fundada en 1579 y con el monopolio
sobre el comercio con Escandinavia, Polonia y la costa oriental de Báltico, y
la ``Levant Company´´, fundada en 1581 y autorizada a traficar con el imperio
otomano, donde levantó un establecimiento a pesar de la contrariedad de
franceses y venecianos.
Un aspecto importante de la capacidad de las compañías recae en el
ejemplo de los lords-propietarios, que habían recibido de la Corona enormes
territorios de ultramar, cuya colonización correría a su cargo, pero que debido
a la falta de medios para satisfacer las necesidades de tal operación, acababan
cediendo la misión a favor de las Compañías. En esta situación de incapacidad
de los lords-propietarios y de habilidad de las compañías, la reina Isabel I,
gran impulsora del enorme poder marítimo inglés, apoyada por el financiero y
comerciante inglés Thomas Gresham, se decidió a remitir una carta al conde
Cumberland que en 1599 establecería la ``Sociedad de comerciantes de Londres
traficantes con las Indias Orientales´´. Su capital inicial rondó las 80.000
libras esterlinas suscrito por 208 asociados, aunque no fue realmente una
sociedad anónima. La carta de la Compañía comprendía: el privilegio del
comercio con las Indias orientales por quince años, la autoridad absoluta sobre
las tierras de asentamiento de la compañía, la exención de derechos de aduana y
la autorización de exportar 30.000 libras esterlinas de metales preciosos a cambio
de importar un montante equivalente seis meses después. Los objetivos de la
Compañía fueron comerciales, esforzándose por suplantar el comercio español y
portugués, mediante el levantamiento de establecimientos en Bantam y Surata, el
comercio con mercaderes ingleses esparcidos por el mundo, y privilegios de
tráfico para sus capitanes y comisionistas.
No obstante, pronto la compañía comenzó a sufrir dificultades
mediante la hostilidad holandesa y la pobreza de capital. En cuanto al
conflicto con los holandeses se manifestó con encuentros armados en las Indias,
en los cuales los ingleses no llevaron la ventaja y tuvieron que aceptar un
acuerdo precario en 1619. Respecto al capital, fue modificado en 1612, siendo
suscrito por más de un millar de personas de todas las clases sociales, lo que
ayudó a la consolidación de la red comercial. Así, en 1615, la compañía poseía
19 establecimientos principales en Oriente, así como tras la expulsión
portuguesa del Golfo Pérsico en 1622, consiguió tramar relaciones comerciales
con Persia en 1628. Sin embargo, a pesar de la prosperidad inglesa y de los
tratados de amistad, los holandeses siguieron presionando a los ingleses hasta
que los consiguieron expulsar de Indonesia, teniendo que solicitar la compañía
inglesa una nueva convención con los holandeses en 1654. No obstante, Cromwell,
quien ahora dirigía el poder inglés, invadió militarmente los Países Bajos, y pese
a que esto debía haber hecho triunfar a la compañía inglesa, a ésta le fueron
retirados sus privilegios hasta 1658, cuando se los retornaron con numerosos
atenuantes. Con el regreso de los Estuardo al poder, la compañía abrió nuevas
rutas, mediante la llegada de té a Bantam (anteriormente exclusivo de las manos
holandesas en Batavia). Asimismo, la compañía consiguió nuevas concesiones
territoriales en la India por parte de la Corona o como resultado de
transacciones comerciales, como lo fue la Calcuta de Alivardi Khan. A finales
de siglo, la compañía holandesa había perdido el vigor de antaño, mientras que
la inglesa intensificó su lucha para sobreponerse a las otras compañías y a los
intereses franceses.
Por otro lado, pese al tardío interés inglés por las Indias
Occidentales, también existió influencia de las compañías en esta zona. El
primer paso lo daría el lord-propietario Walter Raleigh, que frustrado por sus
escasos beneficios en Virginia, cedió sus derechos en 1606 a una Compañía de
Virginia comandada por grandes señores. Los principios de esta compañía fueron
duros, dada la escasez de población de la capital colonial, en Jamestown. Sin
embargo, con la subida al poder como gobernador de Sir Thomas Dale, éste
solicitó nuevos medios financieros, obteniendo la autorización de emitir una
suscripción de 30.000 libras. Desde entonces, las grandes plantaciones de
tabaco se multiplicaron, y, en esta situación de prosperidad, surgieron los
aires independentistas en la región con la creación de una asamblea colonial y
una constitución en Jamestown que implantó en Virginia un parlamento. Desde
Londres, el rey solicitó la restitución de poderes, pero ante la negativa de la
Compañía, éste tuvo que movilizar al tribunal del Banco del Rey, que anuló
estas intenciones, suprimió la compañía y devolvió al rey todos sus
privilegios.
La labor que no pudo conseguir la Compañía de Virginia, lo
conseguiría la Compañía de la Bahía de Massachusetts. Esta nueva compañía sería
formada por puritanos que en 1620 partirían de Plymouth mediante el Mayflower
hasta el Nuevo Mundo donde fundarían Nuevo Plymouth, con ansias por crear una nueva
patria que cumpliese sus ambiciones políticas y religiosas. Carlos I no pudo
ignorar esto y, para controlarla, en 1628 erigió a la colonia en el ``Gobierno
y Compañía de la bahía de Massachusetts´´. Gracias al éxito de la compañía, en
1629 se formó una asamblea en América que decidió que el gobierno y la carta de
privilegio debían ser transferidos a los colonos, en lo que sería el principio
de la búsqueda de nuevas libertades. Ante esto, Gran Bretaña no reaccionó
excesivamente, y continuando las prósperas misiones de la compañía, y aprovechando
que los accionistas no retiraban los grandes dividendos de la compañía, ésta se
fue ensanchando y fueron surgiendo alrededor de Massachusetts pequeñas
colonizaciones como Maine en 1630, Maryland en 1632 y Connecticut en 1637, en lo
que se conformaría como Nueva Inglaterra. De esta manera, ya fuese como
compañía de carácter plenamente comercial, como lo fue la Compañía Inglesa de
las Indias Orientales, o con carácter económico e independentista, como lo
serían las americanas, la grandeza marítima británica quedó marcada a lo largo
de la historia como la digna de un gran imperio.
BIBLIOGRAFÍA
·
CHESTERTON, G.K.: Breve Historia de Inglaterra, Barcelona,
Editorial El Acantilado, 2005.
·
COLLING, A.: Historia de la Banca. De Babilonia a Wall
Street, Barcelona, Ediciones Zeus, 1965.
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