“Nariz
grande, habla mucho y muy alto”. Esta es parte de la descripción
de John Law que apareció en la gaceta londinense el 7 de enero de
1695. Se ofrecían 50 libras esterlinas a quien diera alguna noticia
sobre el paradero de este hombre acusado de asesinato. Nadie pensaba
entonces que aquel pendenciero llegaría a ser el director de las
finanzas francesas. Law era hijo de un orfebre rico y gastó su
juventud en el juego y en los debates económicos, lugares donde pudo
demostrar su gran capacidad de cálculo. Las apuestas victoriosas
eran seguidas por derrotas y bienes hipotecados, los buenos días por
órdenes de arresto. De esta forma, tras la muerte de un tal Mr.
Wilson, John Law inició su odisea por la Europa continental
intentando vender una teoría económica basada en la defensa del
papel-moneda sobre el dinero metálico.
Tras
ser varias veces rechazado en los parlamentos y cortes de Europa,
John Law llegó a París y triunfó. En mayo de 1716 el gobierno
francés le permite crear un banco privado, el Banque Générale,
que contaba con un capital inicial de 6 millones de libras, divididas
en 1200 acciones de 5000 libras cada una. El 25% de estas acciones se
pagaba en metálico y el 75% restante se pagaba en Billets
d´Etat (títulos de deuda del
estado con un interés del 4% y con una cotización en el mercado del
40% de su valor nominal). Las funciones del Banque Générale
eran las mismas que las del resto de bancos privados, pero también
emitía deuda en forma de billetes. La ventaja de los billetes
emitidos era que se pagaban con el valor de oro y plata de la fecha
de emisión de los mismos, hecho que los libraba de las devaluaciones
monetarias. De esta forma, el banco de Law ganaba capital y
accionistas y su fama se extendía por Francia. El éxito del Banque
Générale hizo que en octubre
el gobierno francés permitiera pagar impuestos con los billetes
emitidos por el banco. No faltaba nada para que Law llegara a
realizar su sueño: dirigir las finanzas de un país. En diciembre de
1718 el estado francés compra todas las acciones del Banque
Générale, que ahora pasaba a
llamarse Banque Royale, también
dirigida por Law.
De
forma paralela, en el verano de 1716 se había autorizado la creación
de la Compagnie d´Occidente,
también proyecto del escocés. La compañía nacía con un capital
de 100 millones de libras y sus acciones sólo se podían pagar con
Billets d´Etat: fórmula
atractiva para los inversores que veían la posibilidad de ganar más
dinero con cambio de deuda del estado por acciones de la compañía.
El centro de la inversión era el valle del Mississippi en la
Lousiana pero, pronto, crecería gracias a la adquisición del
monopolio de tabacos, de la Compagnie des Indes Orientales
y de la Compagnie de Chine.
Con estos cambios, en 1719 la Compagnie d´Occidente
pasaba a llamarse Compagnie des Indes.
El
Banque Royale y la
Compagnie des Indes se
unían a la Ferme générale des impots,
monopolio de la recaudación de impuestos indirectos, el tercer pilar
del sistema financiero de Law. El atractivo de cambiar títulos de
deuda que sólo cotizaban al 40% de su valor por acciones de una
compañía hizo que aumentaran los inversores y el capital de forma
exponencial. La euforia alcanzó su cénit a finales de 1719 y
principios de 1720: la acción de la Compagnie des Indes
pasó de valer 500 libras a 18000 en pocos meses. Mientras, de forma
artificial, la deuda pública se reducía significativamente.
El
sistema de Law triunfaba y se exportó. En Inglaterra se aplicó a la
South Sea Company. En
enero de 1720 sus acciones costaban 128 libras esterlinas, en julio
950. Sin embargo, cuando llegó la hora de repartir dividendos, el
sistema se hundió. La Compagnie des Indes
sólo pudo dar un 2% de interés (hay que recordar que los títulos
de deuda del estado daban un 4% de interés) y los inversores sacaron
en masa su dinero y lo llevaron a las nuevas “burbujas” de
Inglaterra y los Países Bajos, donde se había aplicado el sistema
de Law a las nuevas compañías. El parlamento inglés, ante la
especulación salvaje, promulgó la Bubble Act y
los inversores huyeron. A finales del verano de 1720 las acciones de
la Compagnie des Indes
y de la South Sea Company
se desplomaron.
Tras
la quiebra, el gobierno francés creó una comisión de
investigación, la Visa,
para desentrañar qué había sucedido en las finanzas francesas.
Consecuencias de esto fueron la retirada de los billetes y la
apresurada salida de John Law, que volvió a Inglaterra gracias a una
amnistía y terminó sus días en Venecia.
J. Pablo Barrantes
-CIPOLLA, C. M., Historia económica de Europa Siglo XVI y XVII, Ariel: Barcelona, 1979
-TORRES SÁNCHEZ, R., "El despegue económico de Europa en el siglo XVIII" en FLORISTÁN, A. (coord.), Historia Moderna Universal, Ariel: Barcelona, 2011.
-VEGA, J., La primera burbuja financiera de la historia. Francia 1720.
Entrada muy interesante, Pablo
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