La
neoescolástica, como su propio nombre indica, es una recuperación
del pensamiento tomista tanto en el ámbito religioso y político
como en el económico. En España estuvo representada por la Escuela
de Salamanca, un grupo de pensadores y teóricos surgido en torno a
la universidad de dicho lugar que tuvo proyección en distintas áreas
de conocimiento. En el ámbito político, los neoescolásticos se
opusieron a las doctrinas absolutistas defendidas por Jacobo I
optando por el iusnaturalismo. Defendían la existencia de una etapa
preestatal en la que la sociabilidad (“el hombre es un animal
político”) del hombre llevaba a que mediante un “pacto de
sujeción” la sociedad eligiera a un administrador del nuevo
estado. De este modo, el poder residía en primera instancia en el
pueblo y no en el Rey.
En
economía, la Escuela de Salamanca defendió las tesis
mercantilistas. Luis Ortiz apostaba por un programa económico de
protección de la industria nacional mediante la prohibición de la
venta de materias primas y de la compra de manufacturas extranjeras.
En el mismo tono se pronunciará más tarde Sancho de Moncada, quien
vio la causa de la decadencia económica de España en la excesiva
compra de productos manufacturados extranjeros. En el siglo XVIII
Jerónimo de Uztáriz seguiría esta campaña y añadiría a la
ecuación proteccionista la creación de una flota naval capaz de
competir con las potencias comerciales de Europa.
Sin
embargo, las tesis más importantes elaboradas desde la Escuela de
Salamanca son las de Martín de Azpilcueta y las de Tomas de Mercado,
ambos interesados en los estudios monetarios. Azpilcueta realizó una
serie de estudios (Comentario resolutorio de cambios) sobre la
cantidad de moneda circulante y sobre la fluctuación del valor de la
misma en función de la oferta y la demanda. Tomás de Mercado (Summa
de tratos y contratos) acuñó el término “estimación de
moneda” como sinónimo de valor adquisitivo, que variaba en función
del valor de la moneda en el espacio y el tiempo: el valor de la
moneda condiciona el poder adquisitivo de los individuos. Otros
autores de la Escuela de Salamanca enfocaron sus estudios en aspectos
distintos: Fernández de Navarrete se interesó por la producción
agrícola, mermada después de la expulsión de judíos y moriscos,
mientras que Martínez de la Mata defendió la creación de bancos
para financiar la industria nacional.
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