Con diecisiete años, Christian VII heredó
el trono de Dinamarca en 1766. La economía danesa atravesaba un mal momento y
desde el reinado de su padre, Federico V, una enorme deuda oprimía a la
monarquía danesa a pesar de los esfuerzos de los ministros del rey, encabezados
por el alemán Johann Hartwig Ernst von
Bernstorff, quien de facto gobernó
Dinamarca hasta 1770. La Guerra
de los Siete Años (1756-1763) tenía parte de la culpa del estado de las
finanzas danesas, a pesar de que el país se había mantenido neutral en la misma.
El primer objetivo del joven rey fue recuperar la solvencia antes que mejorar
la eficiencia económica[1].
Si bien von Bernstorff, como otros tantos
estadistas europeos de mediados del siglo XVIII, era favorable a ciertas
reformas que mejorasen las condiciones de la industria nacional, el comercio
exterior y restaurasen el buen estado de las finanzas, creía que estas se
habían de hacer de manera gradual. Von Bernstoff sabía que para llevar a cabo
estas reformas tendría que enfrentarse a la nobleza danesa y no estaba
dispuesto a ello[2]. Su débil posición condujo
a que el rey lo destituyese con todos sus ministros en diciembre de 1770. El
nuevo hombre fuerte en el gobierno danés fue desde este momento el también
alemán Johann Friedrich Struensee, que no era noble y el cual sustituyó al
gabinete ministerial de von Bernstoff nombrando hombres de su confianza. Struensee
era el médico del rey, que adolecía de cierto tipo de demencia, probablemente
esquizofrenia[3], y ejercía gran influencia
sobre su persona. Con el tiempo, Johann Friedrich Struensee llegaría a
controlar al rey y su sello, imprescindible para sancionar las leyes. Su poder
en Dinamarca llegaría a ser absoluto durante los dieciocho meses en los que fue
el regente de facto en el reino de
Dinamarca.
En 1771, con Dinamarca muy empobrecida
–sobre todo en el ámbito rural– y cercana a la bancarrota, Struensee aprobó más
de mil decretos que reformaron todos los sectores de la vida del país. Su
principal preocupación no fue el comercio internacional, sino la circulación de
los recursos dentro del país[4]. Se
puso fin al trabajo cautivo, se asignaron tierras a los campesinos y, quizá lo
más importante, se abolieron los privilegios nobiliarios. Los gremios fueron también
objeto de nueva legislación[5]. Las
medidas también acabaron con los monopolios mercantiles de las compañías
danesas que comerciaban con África, Asia, Islandia y Groenlandia; abolieron el
impuesto sobre el té; redujeron los que gravaban el ron y el papel; estimularon
la circulación de moneda; promovieron las importaciones reduciendo los
aranceles; garantizaron el libre comercio de ciertos alimentos como la
mantequilla o la carne con el objetivo de limitar el hambre. En zonas tan
pobres del reino de Dinamarca como Noruega, Struensee permitió la importación
de grano sin gravamen alguno[6].
Otras reformas promovidas entre 1770 y 1771 fueron la abolición de la tortura,
pena de muerte y la censura[7].
El cadáver de Struensee, descuartizado y expuesto |
El gran reformador ilustrado de Dinamarca
fue visto con recelos por la nobleza y el clero daneses, perjudicados por la
liberalización del comercio. Incluso el tercer estado se rebeló contra algunas
de sus medidas, pues no todos los campesinos vieron con buenos ojos su nueva
situación de libertad, aunque también de indefensión[8].
Considerado un advenedizo, criticado por su relación sentimental con la reina,
de la que era amante, sus “peligrosas” medidas llevaron a que un partido
nobiliario apoyado por la reina viuda convenciera al rey de que lo destituyese
en enero de 1772. En abril Struensee fue juzgado, acusado de usurpación del
poder real y ejecutado. Muchas de sus reformas fueron revertidas o parcialmente
revocadas. Lo que no se pudo subvertir fue el calado de las ideas ilustradas de
Struensee, que contribuyeron considerablemente al radical cambio que experimentó
la economía danesa en el último tercio del siglo XVIII a la que contribuyó otro
Bernstorff, Andreas Peter, sobrino del ya mencionado Ernst.
Un fotograma de En kongelig affære |
A menudo Struensee ha sido considerado un “déspota
ilustrado” y comparado con otros reyes o ministros ilustrados de Europa como Gustavo
III de Suecia, Carlos Emmanuel III de Saboya, Carlos III de España o Pombal,
ministro portugués de José I[9]. La
figura de Struensee, héroe o tirano, ha sido tratada por la cultura contemporánea
europea, desde finales del siglo XVIII hasta nuestros días, en numerosas obras
de teatro, novelas e incluso en tres películas. Me permito recomendaros la última
de ellas, la danesa En kongelig affære (Un asunto real), estrenada en 2012 y con una gran interpretación de
Mads Mikkelsen en el papel del todopoderoso Struensee[10].
[1] Carhart, Michael C., The
Science of Culture in Enlightenment Germany , p. 63.
[2] Carhart, Michael C., The
Science of Culture in Enlightenment Germany , p. 65.
[3] Carhart, Michael C., The
Science of Culture in Enlightenment Germany , pp. 65-66.
[4] Carhart, Michael C., The
Science of Culture in Enlightenment Germany , p. 65.
[5] Kirby,
David, Northern Europe in the Early Modern Period: The
Baltic World 1492-1772, pp. 387 y 392.
[6] Carhart, Michael C., The
Science of Culture in Enlightenment Germany , p. 66.
[7] La
abolición de la censura fue un tema más
relevante de lo que podría parecer a
priori para el desarrollo de la economía en Dinamarca, pues esta supuso que
muchas obras de temática económica (comercio, agricultura, manufactura) de
talante ilustrado se pudiesen publicar y
circular por el país. Kirby,
David, Northern
Europe in the
Early Modern Period: The Baltic World 1492-1772, p. 388.
[9] Raynaud,
Philippe y Rials, Stéphane (eds.), Diccionario
Akal de Filosofía Política, p. 393.
No hay comentarios:
Publicar un comentario