EL
MERCURIO: INGREDIENTE FUNDAMENTAL DE LA RIQUEZA HISPÁNICA
En
el segundo tercio del siglo XVI el Ciclo del Oro antillano alimentado por el
metal del Caribe y de los tesoros aztecas comenzó a declinar. Los múltiples
descubrimientos de minas de plata realizados a mediados de siglo en ambos virreinatos
(Zacatecas, Oaxaca, Guanajuato, Tasco, Potosí etc.) dejaron claro para la
Monarquía Hispánica que la riqueza de las Indias era mucho mayor en el metal
argénteo, que comenzó a ser exportado de forma sistemática (entre 1500-1650
llegaron a Sevilla casi 17000 toneladas de él).
Sin
embargo la explotación de la plata tenía un importante inconveniente, y es que
el mineral extraído debía ser tratado mediante el proceso de la “Amalgama” o “Beneficios
de patio” (llamada así porque la operación debía ser realizada al aire libre) para
obtener el metal acuñable. En este proceso era necesario el mercurio (o azogue,
como se lo conocía en la Edad Moderna), al que se unía la mena de plata tras
haber sido separada del resto del mineral con agua y sales. Después la mezcla
era calentada para separar el mercurio y obtener la plata. Por tanto el
mercurio era un mineral imprescindible, y en Europa era muy escaso, ya que sólo
se extraía en dos minas, Idrija (actual Eslovenia) y Almadén (Ciudad Real). La
explotación de la mina de Almadén estaba en manos de la familia banquera de los
Fugger, cedida por Carlos I tras haber contado con su apoyo para la candidatura
al trono imperial, lo impedía a la Corona controlar su extracción y su precio.
Además el transporte del metal líquido desde Sevilla hasta los principales
centros mineros de las Indias era caro y arriesgado, al cruzar el Atlántico
hasta Panamá, desembarcar en el puerto del Callao y de allí llegar a Potosí en
Mulas a través de los Andes.
Sin
otra solución, los beneficios de patio comenzaron a realizarse en la América
hispana a partir de 1555 y efectivamente el transporte de mercurio resultó demasiado
costoso para la Monarquía. Para entonces ya se habían realizado en el
continente algunos pequeños descubrimientos de mercurio en las regiones de
Quito y Huancavelica (Perú), y en noviembre de 1562 el virrey de Lima recibió
una cédula de Madrid en la que se le exigía que intensificase la búsqueda para
abaratar los costes de explotación: “A nos se ha hecho relación de que en esta
tierra se han descubierto minas de azogue las cuales son provechosas para
beneficiar las minas de plata que hay en ese reino, y que se podría enviar a
Nueva España más barato y mejor que llevándose destos reinos”.
En
1582 fue hallada la mina de Huancavelica, que podía suministrar mercurio en las
mismas cantidades que Almadén y de forma más regular y segura, al ser
relativamente cercana a Lima y por tanto al puerto del Callao. El mercurio se
convirtió en un elemento fundamental en la articulación del comercio entre los
dos virreinatos (comercio que sería anulado a comienzos del siglo XVII ante el
temor de que pudiera perjudicar a la metrópoli). La mayor parte del metal
partía de Huancavelica a Potosí atravesando los Andes entre Cuzco y Oruro en
mulas, ruta que fue sustituida más tarde por mar entre los puertos del Callao y
Arica. El destinado a Nueva España partía desde el Callao para llegar a
Acapulco. Según Pierre Vilar el virrey Francisco de Toledo, principal impulsor
de la minería del Perú, “comprendió que el eje Huancavelica.-Potosí podía ser
el eje del Imperio español”.
Como
las minas de plata, Huancavelica fue explotada mediante la institución de la
Mita, impuesto en forma de trabajo que debía pagar la población indígena. La
actividad minera en ella era aún más dura y peligrosa que en Potosí, lo que provocó conflictos con algunos
religiosos y con la institución del Defensor del indio, haciendo que las minas
estuviesen cerradas durante cortos espacios de tiempo. Esto sumado a la
invención de un nuevo método de amalgama que precisaba menor cantidad de
mercurio por los hermanos Corso de Leca en Potosí supuso un estancamiento de la
producción entre 1590 y 1620, aunque Huancavelica siguió siendo explotada de
forma masiva hasta 1660.
Bibliografía:
-LUCENA
GIRALDO, Manuel, “La Plata de América, de las minas de Potosí al tesoro
español”, National Geographic, Nº
118, 2014.
-VILAR,
Pierre, Oro y moneda en la Historia
1450-1920, Barcelona, Ariel, 1981.
-RAMOS,
Demetrio, Minería y comercio interprovincial en Hispanoamérica (siglos XVI,
XVII y XVIII) Universidad de Valladolid, 1970.
Me ha parecido muy interesante, José Manuel.
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