Es muy
interesante la historia de la difusión de la caña de azúcar, un elemento que se
convirtió poco a poco en una de las mercancías de expansión y de comercialización
más importantes.
Tiene su origen
en Asia, aunque pronto va a llegar al Mediterráneo, donde se instaura a finales
del siglo XIV en el norte de África (Egipto), Chipre y sobre todo en Sicilia.
En esta isla se convierte en una mercancía principal, un cultivo del cual
obtener suficiente azúcar para su comercialización internacional. Esto suponía
la introducción de molinos que a su vez requería grandes inversiones de dinero,
por lo que las plantaciones de caña de azúcar quedaron en manos de las elites
sociales, encargadas de buscar mercaderes extranjeros que comercializaran el azúcar
internacionalmente.
Los mercaderes,
poseedores de grandes capitales y redes comerciales fueron buscando las tierras
más propicias para el cultivo y producción de esta mercancía, instaurándose
poco a poco en las zonas de Europa occidental, Madeira, Canarias y Marruecos.
Las responsables de esta expansión eran grandes compañías que buscaban los
mercados del norte de Europa, donde estos azúcares eran considerados en gran
parte productos de lujo. Se comercializaba en forma de panes de azúcar o en
forma de melazas para las conservas, junto a otros productos de distinción que
evidenciaban un cambio en las pautas de consumo de las élites de los siglos XV
y XVI.
Pero la caña de
azúcar no dejaba de expandirse. En la Isla de Santo Tomé triunfó su cultivo con
un sistema de economía esclavista que será el que predominará durante toda la
edad moderna, con su instauración por los españoles en el Caribe y los
Portugueses en Brasil, latitudes hacia la que los expedicionarios habían
llevado estas plantaciones. Fueron los nobles de la Península los que
controlaban principalmente los ingenios. Gracias a la caña de azúcar las
colonias del Caribe y sobre todo Brasil se convirtieron en las colonias
europeas más ricas del momento en el nuevo continente. Su comercialización
estuvo basada en los mercados internacionales y desde luego en una serie de
redes comerciales entre las dos orillas atlánticas.
Ilustración de la recolección de la caña de azúcar en la Isla de Antigua por William Clark en 1823. |
La difusión de
la caña de azúcar fue sin ninguna duda importantísima, porque fue una mercancía
que cambió tanto la economía como las sociedades donde se fue implantando,
creando nuevas formas de consumo y demanda de azúcar. Desde a finales del siglo
XVI y durante los siglos posteriores el azúcar se consideró un producto de
prestigio más que un alimento y no fue hasta el siglo XIX cuando se convirtió
en un alimento difundido entre todas las clases sociales.
ESPIAGO, J.,
"La formación del espacio económico Atlántico (siglos XV y XVI)", en DÍAZ
DE DURANA ORTIZ DE URBINA, J. R., y MUNITA LOINAZ, J. A., (eds.), La apertura de Europa al mundo Atlántico,
Bilbao, Universidad del País Vasco, 2011.
El análisis de este cultivo se puede hacer desde varias ópticas: mercados, historia del consumo, historia geoespacial, etc. Es muy interesante. Sin el azúcar y la relevancia que empieza a adoptar a fines del siglo XV en Canarias, por ejemplo, es defícil entender el modelo comercial de la Monarquía Hispánica en relación a América.
ResponderEliminarSaludos,