Los proyectistas siguen en el siglo
XVIII la dirección marcada en los dos siglos anteriores en tanto que trataron
temas de economía, principalmente la búsqueda de las causas de la decadencia
económica española, dejando de lado los problemas morales. Al igual que la
palabra arbitrista, proyectista fue un término peyorativo en su época que
aludía a escritores económicos, diferenciando más tarde Campomanes entre buenos
y malos arbitristas y proyectistas según la calidad de su trabajo.
La principal diferencia entre los
arbitristas y los proyectistas radica en la mayor precisión del trabajo de los
segundos. Mientras que los arbitristas se limitan a tratar la causa de la
decadencia española y buscar un remedio a ésta, los proyectistas, que tenían
acceso a una mayor documentación porque ocupaban puestos de la administración,
analizaban los problemas en conjunto. Por ejemplo, Luis Perdices de Blas
compara al arbitrista Sancho de Moncada, que distingue una “razón única” del
estancamiento español y “un remedio único” al mismo, y al proyectista Bernardo
Vard, que describe los diversos problemas de España, que pasan por la
población, la agricultura, las fábricas, el comercio y la mendicidad entre
otros, y se proponen diversos medios para su resolución en busca de una
solución conjunta. Él mismo dice “cada cosa que se propone, es un medio para
facilitar las demás, por la íntima combinación y enlace que hay entre los
asuntos; y se puede decir que todo el Proyecto es un conjunto de medios que le
llevan a su fin” (Perdices de Blas, p. 11). Por otro lado, mientras que los
arbitristas buscan una mejora de la cuestión tratada a corto plazo, los proyectistas
tratarán de conseguir soluciones a largo plazo que pongan fin al problema. Pese
a las diferencias, en los trabajos monográficos de arbitristas y proyectistas
coinciden en muchos de los problemas de España, tales como las finanzas del
Estado, el problema monetario, el gobierno de las colonias y el fomento de los
recursos económicos.
Respecto del contenido de los
proyectos del siglo XVIII, la mayoría de ellos tratan sobre el reajuste
económico del Imperio, tanto de España como de las Indias. Hay tanto proyectos
generales como proyectos concretos y junto a grandes temas como la reordenación
de la Hacienda o la rehabilitación del comercio español se tratan otros
aspectos derivados de estos, como la uniformización de medidas o las
necesidades de contar con una información precisa y eficiente. En los primeros
años del reinado de Felipe V destacó el problema de la reorganización de la
Hacienda así como la idea de revalorizar económicamente al país a través del
comercio con las Indias, inquietud que comienzan José Rodrigo y Juan de
Legarra, y la necesidad de formar una Marina mercante nacional, tema que
perdurará en el tiempo. Bajo el reinado de Carlos III volverá el tema de la
Hacienda con proyectistas como Gálvez, proponiéndose nuevos estancos, si bien
se tratarán numerosos temas y surgirá un nuevo tipo de proyecto: la
revalorización económica de un determinado lugar o producto, junto a la
comprensión de las diferencias de los dominios españoles y la necesidad de
tratarlos de manera distintas a fin de maximizar su aprovechamiento. Por otro
lado, cabe destacar que tanto en el reinado de Carlos III como en el de
Fernando VI se trató frecuentemente en los proyectos la necesidad de la
equiparación internacional de España con otros países y sus logros, algo que ya
observamos en la práctica cómo continúa haciéndose. Durante los primeros años
del reinado de Carlos IV se mantuvieron inquietudes similares a las del
anterior monarca, si bien con un menor
impulso.
Como conclusión, cabe matizar que
los arbitristas y proyectistas podían sostener distintas propuestas. Por
ejemplo, partiendo de que los metales preciosos no son riqueza y de una actitud
poblacionista, para acabar con el estancamiento español algunos como Fernández
de Navarrete atienden a la agricultura, otros como Ortiz, Moncada, Mata y
Uztáriz a la industria y otros terceros como Vard y Campomanes defienden el
desarrollo de todos los sectores aunque destacando unos sobre otros. Sus
diagnósticos fueron en ocasiones certeros y sus remedios insuficientes pero
presentando en algunos casos atisbos de la posterior teoría económica
contemporánea.
Preguntas:
¿Cuál es
la principal diferencia entre los arbitristas y los proyectistas al estudiar la
decadencia de España?
Nombra tres proyectos propuestos por los
proyectistas en el siglo XVIII.
¿Llegan
los proyectistas a las mismas conclusiones al tratar un tema? Pon un ejemplo.
Bibliografía:
PERDICES
DE BLAS, L., “El florecimiento de la economía aplicada en España: arbitristas y
proyectistas (siglos XVI, XVII y XVIII)” en FUENTES QUINTANA, E. (coord.), Economía y economistas españoles. De los orígenes al mercantilismo,
Galaxia Gutenberg, 1999. Se puede consultar en aquí [Consultado el 27/10/2014].
MUÑOZ
PÉREZ, J., “Los proyectos sobre España e Indias en el siglo XVIII: el
proyectismo como género”, Revista de
estudios políticos, nº 81 (1955), pp. 169-196. Se puede consultar aquí [Consultado el 27/10/2014].
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