Como es bien sabido, durante los
reinados de Carlos I y Felipe II, es decir, entre los años 1516-1566 el primero
y 1556-1580 el segundo, se produjo el periodo de mayor esplendor y más
expansivo para la monarquía castellana.
En lo referente a las emisiones
monetarias de este periodo destaca con gran diferencia entre todas la moneda de
plata castellana, el Real de a 8, creado por Carlos I y comenzado a emitir a
partir del reinado de Felipe II.
Como breve alusión a la moneda
de oro, encontramos que el Ducado de los Reyes Católicos, regulado a partir de
la Pragmática de Medina del Campo de 1497 sería sustituido por el Escudo de Carlos
I a partir de 1535, debido a la necesidad de evitar la salida del metal
castellano a otros países como la vecina Francia. Por último, con Felipe II y
la Pragmática de Madrid, es decir, la conocida como “Nueva Estampa” del 23 de noviembre
de 1566 el Escudo desaparecería en pro de la nueva moneda de oro, la Onza. A partir
de ese momento aparecería el sistema bimetalista de onza- real de a 8.
En lo que respecta al real de a 8
encontramos dos protagonistas, por un lado, Carlos I lo creara y tan solo los pondrá
en marcha en América y por otro, Felipe II que será el que comenzara a emitir
esta moneda en la península ibérica y el resto de territorios de la monarquía, según
las disposiciones de su padre y las que este tuvo de sus abuelos, Isabel y
Fernando.
Los primeros reales de a 8 que
se acuñan datan de 1543 y hasta 1566 seguirán lo estipulado en la Pragmática de
Medina del Campo, que no hace referencia a esta moneda pero si trata sobre los
reales castellanos. La técnica utilizada será la de “martillo” y se acuñara en
las cecas de Burgos, Segovia, Sevilla, Toledo y Granada. A partir de 1566,
concretamente desde el 14 de diciembre, Felipe II regula la emisión de esta
moneda, siendo recogida en la Pragmática de Madrid que tendrá dos
disposiciones, siendo la primera del 23 de noviembre de ese mismo año.
La ambición por una divisa de
plata que controlara el comercio y las transacciones internacionales no solo se
dieron en el caso de España, sino que anteriormente ya se habían dado unos antecedentes,
como fueron el gros francés creado por Luis IX y el thaler alemán, moneda del
impero hasta 1870. A su vez, el real de a 8 seria el precedente del dólar estadounidense,
el dólar británico, el yen japonés, la piastra francesa, la rupia de india y el
chelín inglés ya en el siglo XIX.
Con la pragmática de 1566 de
Felipe II se introducirán innovaciones técnicas y tipológicas que
caracterizaran a la moneda de real de a 8.
Por un lado, a partir de 1582 se
crea el “Real Ingenio” de Segovia, siendo construido el edificio por Juan de
Herrera, en el se dispondría una novedosa técnica de acuñación traída de Alemania,
esta técnica a “molino” permitiría una mayor perfección a la hora de emitir
moneda. El “Real Ingenio” conviviría a su vez con la “Casa Vieja” de Segovia
que junto al resto de casas de moneda castellanas seguiría acuñando a “martillo”.
Será en el “Real Ingenio” donde se acuñen las primeras monedas con fecha, también
siguiendo el modelo alemán, innovación que se iría tomando por parte de todas
las casas de moneda apareciendo en 1589 Sevilla, 1590 Granada y Valladolid,
1591 Madrid y 1597 Toledo.
En cuanto a las innovaciones tipológicas,
con Felipe II, encontramos dos periodos. El primero que se da durante los diez
primeros años de su reinado 1556-1566 donde se acuña moneda a nombre de sus
bisabuelos los Reyes Católicos, su abuela Juana y su padre Carlos y el segundo
desde 1566, momento en el que dispone una nueva tipología a su propio nombre y
con unas características nuevas.
Felipe II otorga el papel
protagonista en la impronta monetaria al escudo con las grandes armas de la monarquía,
ya que por medio del escudo se promocionaban las empresas de la monarquía y sus
grandes triunfos, como por ejemplo el gran triunfo que supuso la anexión de Portugal
a la corona, uniendo la península. Además, daría gran importancia a lo que esto
representa como unión de los territorios de la monarquía política y
religiosamente. Por último, es destacable la incorporación del valor en numeración
latina. En cuanto al valor que recibirá el real de a 8, Felipe II la dota de
valor de 272 maravedíes y dispondrá que sus divisores son el real de a 4, el
real de a 2, el real de a 1 y el 1/2 real.
En cuanto a la acuñación de
moneda en América y siguiendo la legislación de 1535, la técnica utilizada es a
“martillo” dando como resultado piezas lisas, sin cordoncillo. Es particular de
las acuñaciones americanas la conocida como moneda a técnica “macuquina” o de
cruz labrada que se mantendrá hasta 1732, con Felipe V. En cuanto a la tipología
acuñada en América, Carlos I introducirá la impronta de las columnas de Hércules
y Felipe II la mantendrá apareciendo en la casa de la moneda de Potosí la
conocida popularmente como el perulero (moneda con las columnas sobre ondas de
mar y la leyenda “PLUS UTRA”.
El real de a 8 se consiguió internacionalizar
convirtiéndose durante un gran lapso de tiempo en el principal producto de exportación
castellana. Esta moneda se convertiría en un sistema universal en el comercio
España e Indias. Un sistema- divisa nuevo y completo para todos los estados de
la Monarquía española perdurando según el modelo de 1566 incluso hasta época de
los Borbones con Felipe V (siglo XVIII).
RUIZ TRAPERO, María EL REAL DE A OCHO: SU IMPORTANCIA Y TRASCENDENCIA, Universidad Complutense de Madrid, p.p. 358-377.
RUIZ TRAPERO, María EL REAL DE A OCHO: SU IMPORTANCIA Y TRASCENDENCIA, Universidad Complutense de Madrid, p.p. 358-377.
No hay comentarios:
Publicar un comentario