La tasa de
mortalidad, durante la Edad Moderna, es muy elevada, tal y como podríamos imaginar. Aunque los datos varían mucho, estos oscilan entre un 28-30 hasta 38-39 por mil (en teoría, las estimaciones nos hablan de una tasa media, que se situaría entre 38-40 por mil, pero es importante señalar que
no puede haber una mortalidad superior a la natalidad, puesto que el
crecimiento natural de la población nos daría negativo).
¿A qué
se debe esta elevada mortandad? Livi Bacci lo definió con la
expresión “Síndrome de
atraso” es una situación en
la que se entremezclan distintos factores:
-Pobreza y
miseria aguda.
-Alimentación
deficiente, en el caso de los pobres o exceso de grasas, en los ricos, causantes de enfermedades.
Estas dos primeras causas se pueden aunar, en el hecho de que en la Edad moderna, la economía está basada en el sector agrícola, con un escaso de desarrollo tecnológico y dependiente de la climatología, lo que provoca una escasez e insuficiencia en algunas épocas del año.
-Desarrollo
rudimentario de la medicina, la población de la época asumían que
la enfermedad no era algo contra lo que se podía luchar. Se tenían
muchas creencias en la época erróneas, por ejemplo, a los niños se
les maltrataba pues que les envolvían con vendas de seda creyendo
que si movían las piernas podían herniarse, además pensaban que la
orina, fortalecía las piernas, por lo que apenas se les cambiaba el
pañal, con todo lo que podía conllevar eso para el desarrollo y la salud del niño. Esto también está relacionado con la falta de higiene, pues la preocupación por el aseo personal, nace ya en el siglo XVIII, pero no en todos los sectores de la población.
Dentro de
esta situación general, nos encontramos con una mortalidad infantil
elevadísima, 250 por mil aproximadamente, para hacernos una idea, equivale al cuádruple que la actual.
Nos encontramos con casos extremos como los niños expósitos, los cuales, generalizando, se ven en dicha situación debido a tres factores:
-Por incapacidad económica.
-Por ser el resultado de relaciones pecaminosas, madres solteras, relaciones
extramatrimoniales, etc.
-O ser consecuencia de violaciones.
La principal
causa de mortalidad femenina son los partos (que conllevaban hemorragias,
infecciones, etc.), esta mortalidad es elevada, y será algo que es
imposible impedir en la época, no había manera de combatirlo. Por otro lado, la
vejez se da alrededor de los 50-60 años. En los estudios, podemos observar como se produce un
aumento de la mortalidad a finales del verano y principios del otoño,
consecuencia de las guerras, puesto que coincide con la época en las que la mayoría de ellas tienen lugar. También observamos picos, sobre todo en
el siglo XVIII, los cuales corresponden a momentos breves en los que la mortalidad
repentinamente se dispara, y se puede llegar a multiplicar por 10 o
por 15. Las causas de estos picos son tres, fundamentalmente:
-Guerras.
Se tiende a pensar que lo más mortífero de las guerras son las
batallas, pero se ha demostrado que lo que más mortandad produce son
los sitios a las ciudades que pueden durar unos cuantos meses, y los
asaltos a las mismas, ello acaba con toda la población que habita la
ciudad. Los saqueos se producen con mucha frecuencia. De las guerras
son importantes las consecuencias inmediatas, mucha población vuelve
inválida, por lo que imposibilita el trabajo en el campo. Otra de
los episodios terribles de las guerras es el ejército en movimiento,
que ataca a toda la población a medida que va avanzando. Por ejemplo, durante la
Guerra de los Treinta Años, vemos como Alemania pierde mucha población, las
consecuencias de esta guerra llegarán a Castilla, pues el aumento de
los impuestos despoblará el campo castellano.
-Crisis
de Subsistencia: Está
relacionado con situaciones de sequía o exceso de lluvia, lo que produce consecuencias indirectas. No es normal morir por hambre si no porque, en situaciones de hambruna se come cualquier cosa y ello produce
enfermedades, también es normal morir por enfermedades contraídas
por una mala alimentación, en este contexto, se encuentra el tifus.
Las crisis de subsistencia provocan movimientos de huida, los pobres
se dirigen a las ciudades, de esta manera es cuando más se difunden
enfermedades, los hospitales en esta época son focos de muchas
enfermedades.
-Enfermedades
Epidémicas: Muchas de las
enfermedades como gripes, catarros, sífilis, paludismo, viruela, son
causas frecuentes de defunción, sobre todo el tifus y la peste. La
peste se transmite por una pulga, es un animal de verano, por lo que
se produce más mortalidad en dicha época. El traje
médico de la época es de cuero (en este material no se pueden
agarrar las pulgas), en la máscara sobresale un pico para inhalar
olores fuertes y se acompaña de una vara para no tocar los
cadáveres. Durante esta enfermedad, se encomendaron al altísimo,
San Roque y San Sebastián, los
patrones contra la peste. La primera ciudad en librarse de la
epidemia, fue Venecia, que en 1630 cerró el Adriático, cerrando el
comercio, si se morían de hambre se morían, pero no contraían la
peste. En 1665, se produce en Londres una epidemia enorme, Londres es
un puerto, por lo que era normal que fuese uno de los focos. En 1666
se originó el gran incendio de Londres, por lo que la ciudad
construyó el gran foco del fuego. En 1720, en plena epidemia de
Marsella, se construye un muro, el muro de la peste.
Todo esto
produce un crecimiento de la población lento y descontinúo. Se
dejan notar las crisis de mortalidad catastróficas. La esperanza de
vida es reducida (30 años aproximadamente), es una media aritmética
y corresponde a la esperanza que posee un niño recién nacido, con
los años se va aumentando. La población como hemos dicho es
esencialmente joven, lo que se traduce en una elevada
fecundidad, el 50% menores de 25 años, el 33% de 25 a 30 años y el
14-15% mayor de 50 años, la vejez posee también una importancia cultural, es
la depositaria de la memoria del hombre.
Nos podemos preguntar, qué relación surge entre la mortalidad y la economía de la Edad Moderna. La respuesta es sencilla, una mortalidad alta, provoca una disminución en la población y sobre todo en esa parte de la población más joven que supone la población hábil para el trabajo, por ejemplo con las guerras, los soldados son en su mayoría jóvenes, lo cual hace aumentar la población que ya no es capaz de trabajar, los ancianos. Además, también supone una reducción de los embarazos, pues si mueren jóvenes estos no pueden casarse o si lo hacen dejan a sus mujeres viudas, con lo cual es difícil renovar la población. A estos niños, también les afecta en gran medida las crisis de subsistencia, tanto en una reducción de los embarazos, así como en la pobre alimentación, pues si la madre no se alimenta bien, no puede darle a su hijo los nutrientes necesarios y puede ser pasto de las enfermedades. Todo esto se convierte en un círculo vicioso, que está recogido en la famosa triada: A peste fame et bello, libera nos Domine.
Bibliografía:
-Floristán, A. Historia moderna universal, Barcelona, Ariel, 2011.
-Sopena, R. Historia del mundo en la Edad Moderna, Barcelona, 1942.
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