miércoles, 7 de enero de 2015

EL REAL DE A 8, DIVISA CASTELLANA INTERNACIONAL


                Como es bien sabido, durante los reinados de Carlos I y Felipe II, es decir, entre los años 1516-1566 el primero y 1556-1580 el segundo, se produjo el periodo de mayor esplendor y más expansivo para la monarquía castellana.
                En lo referente a las emisiones monetarias de este periodo destaca con gran diferencia entre todas la moneda de plata castellana, el Real de a 8, creado por Carlos I y comenzado a emitir a partir del reinado de Felipe II.
                Como breve alusión a la moneda de oro, encontramos que el Ducado de los Reyes Católicos, regulado a partir de la Pragmática de Medina del Campo de 1497 sería sustituido por el Escudo de Carlos I a partir de 1535, debido a la necesidad de evitar la salida del metal castellano a otros países como la vecina Francia. Por último, con Felipe II y la Pragmática de Madrid, es decir, la conocida como “Nueva Estampa” del 23 de noviembre de 1566 el Escudo desaparecería en pro de la nueva moneda de oro, la Onza. A partir de ese momento aparecería el sistema bimetalista de onza- real de a 8.
                En lo que respecta al real de a 8 encontramos dos protagonistas, por un lado, Carlos I lo creara y tan solo los pondrá en marcha en América y por otro, Felipe II que será el que comenzara a emitir esta moneda en la península ibérica y el resto de territorios de la monarquía, según las disposiciones de su padre y las que este tuvo de sus abuelos, Isabel y Fernando.
                Los primeros reales de a 8 que se acuñan datan de 1543 y hasta 1566 seguirán lo estipulado en la Pragmática de Medina del Campo, que no hace referencia a esta moneda pero si trata sobre los reales castellanos. La técnica utilizada será la de “martillo” y se acuñara en las cecas de Burgos, Segovia, Sevilla, Toledo y Granada. A partir de 1566, concretamente desde el 14 de diciembre, Felipe II regula la emisión de esta moneda, siendo recogida en la Pragmática de Madrid que tendrá dos disposiciones, siendo la primera del 23 de noviembre de ese mismo año.
                La ambición por una divisa de plata que controlara el comercio y las transacciones internacionales no solo se dieron en el caso de España, sino que anteriormente ya se habían dado unos antecedentes, como fueron el gros francés creado por Luis IX y el thaler alemán, moneda del impero hasta 1870. A su vez, el real de a 8 seria el precedente del dólar estadounidense, el dólar británico, el yen japonés, la piastra francesa, la rupia de india y el chelín inglés ya en el siglo XIX.
                Con la pragmática de 1566 de Felipe II se introducirán innovaciones técnicas y tipológicas que caracterizaran a la moneda de real de a 8.
                Por un lado, a partir de 1582 se crea el “Real Ingenio” de Segovia, siendo construido el edificio por Juan de Herrera, en el se dispondría una novedosa técnica de acuñación traída de Alemania, esta técnica a “molino” permitiría una mayor perfección a la hora de emitir moneda. El “Real Ingenio” conviviría a su vez con la “Casa Vieja” de Segovia que junto al resto de casas de moneda castellanas seguiría acuñando a “martillo”. Será en el “Real Ingenio” donde se acuñen las primeras monedas con fecha, también siguiendo el modelo alemán, innovación que se iría tomando por parte de todas las casas de moneda apareciendo en 1589 Sevilla, 1590 Granada y Valladolid, 1591 Madrid y 1597 Toledo.
                En cuanto a las innovaciones tipológicas, con Felipe II, encontramos dos periodos. El primero que se da durante los diez primeros años de su reinado 1556-1566 donde se acuña moneda a nombre de sus bisabuelos los Reyes Católicos, su abuela Juana y su padre Carlos y el segundo desde 1566, momento en el que dispone una nueva tipología a su propio nombre y con unas características nuevas.
                Felipe II otorga el papel protagonista en la impronta monetaria al escudo con las grandes armas de la monarquía, ya que por medio del escudo se promocionaban las empresas de la monarquía y sus grandes triunfos, como por ejemplo el gran triunfo que supuso la anexión de Portugal a la corona, uniendo la península. Además, daría gran importancia a lo que esto representa como unión de los territorios de la monarquía política y religiosamente. Por último, es destacable la incorporación del valor en numeración latina. En cuanto al valor que recibirá el real de a 8, Felipe II la dota de valor de 272 maravedíes y dispondrá que sus divisores son el real de a 4, el real de a 2, el real de a 1 y el 1/2  real.
                En cuanto a la acuñación de moneda en América y siguiendo la legislación de 1535, la técnica utilizada es a “martillo” dando como resultado piezas lisas, sin cordoncillo. Es particular de las acuñaciones americanas la conocida como moneda a técnica “macuquina” o de cruz labrada que se mantendrá hasta 1732, con Felipe V. En cuanto a la tipología acuñada en América, Carlos I introducirá la impronta de las columnas de Hércules y Felipe II la mantendrá apareciendo en la casa de la moneda de Potosí la conocida popularmente como el perulero (moneda con las columnas sobre ondas de mar y la leyenda “PLUS UTRA”.

                El real de a 8 se consiguió internacionalizar convirtiéndose durante un gran lapso de tiempo en el principal producto de exportación castellana. Esta moneda se convertiría en un sistema universal en el comercio España e Indias. Un sistema- divisa nuevo y completo para todos los estados de la Monarquía española perdurando según el modelo de 1566 incluso hasta época de los Borbones con Felipe V (siglo XVIII).

RUIZ TRAPERO, María EL REAL DE A OCHO: SU IMPORTANCIA Y TRASCENDENCIA, Universidad Complutense de Madrid, p.p. 358-377.

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