jueves, 1 de enero de 2015

REALIDAD MONETARIA ESPAÑOLA EN EL SIGLO XVIII

Las realidades monetarias de España en el siglo XVIII no se vieron afectadas tanto por los cambios económicos producidos durante este siglo, como pasaría en el XVII, debido a que la reforma de 1680 funcionó y dejó una herencia estable, prácticamente la única que recibió Felipe V cuando es coronado. Aún así se suceden una serie de perturbaciones que merece la pena tener en cuenta.

La primera de estas perturbaciones la encontramos en el Principado de Cataluña debido a su situación tan especial durante la Guerra de Secesión. Lo primero que hay que tener en cuenta es que su apoyo a Carlos de Austria y como esto provocó que entrara gran cantidad de moneda extranjera, sobre todo inglesa y portuguesa, lo que aumentaría los precios. A su vez el Archiduque Carlos acuñará una moneda de plata de cinco gramos de peso (denominada “peseta”; aunque no tiene relación directa con la moneda que será la base del sistema monetario español desde el gobierno provisional de 1868 hasta la entrada del Euro ya en el siglo XXI) de un mayor valor legal al de mercado, que hará que su uso sea fundamentalmente para el comercio exterior y las exportaciones. Pese a esto, que favoreció la estabilidad, Cataluña sufrirá una falta constante de moneda fraccionaria que no se solucionará ni con las exportaciones castellanas de 1718 ni con las acuñaciones de Fernando VI en 1755. Esto último tendrá su origen en los Decretos de Nueva Planta, que impondrán el sistema castellano a toda la corona, pero las monedas de los diferentes reinos no fueron tan afectadas como el vellón castellano, aunque sí que tuvo un efecto perjudicial para estas.


Otro aspecto importante será que el sistema monetario español tenía unas variedades que provocaban confusión y complicaban las transacciones. Por ello Carlos III propugnará la pragmática de 1772, que buscando la racionalidad, ordenará refundir todas las monedas en uso y adoptar como patrón el real de vellón (igual a 34 maravedíes) acuñándose en plata monedas equivalentes a 1, 2, 4, 8 y 16 reales (real de vellón, real, peseta, real de a 4 y real de a 8 respectivamente). Así como el peso duro, el medio peso, y la peseta columnaria a 20, 10 y 5 reales cada una, también serán acuñadas en plata. En cuanto al oro encontraremos las siguientes monedas: el escudo (20 reales), el doblón, el doblón de a 4, y el doblón de a 8 (equivalente a 320 reales de vellón). Poco más tarde en 1779, se fijará el valor de las monedas, dando al oro un valor de 1/16 respecto a la plata, pero la subida de la misma tendió a infravalorar la plata española frente a la europea, produciéndose una evasión al extranjero. Esto en datos se refleja viendo como solo 3000 o 4000 reales se quedaron en España de los entre 10000 y 15000 millones que se sacaron de América. 

BIBLIOGRAFÍA:  "La España Moderna" Martínez Ruiz, Enrique; Giménez, Enrique; Armillas José Antonio; Maqueda, Consuelo. Itsmo, Madrid.

Alberto González Latorre, 11867154M

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